Le hicieron creer una mentira, que de ser verdad sería puro fuego. Ese día algo se removió en su ser, y nada ha vuelto a ser igual. El fuego quemó todo a su paso, la ilusión fue la mayor víctima de semejante tragedia, por no hablar de la alegría que no volvería aparecer hasta que su corazón sanase de nuevo.
Se ve ante una tesitura, su mente dice que le olvide que solo serán amigos, su corazón sabe que debe olvidarle pero no quiere porque él sigue siendo su todo. Mientras su corazón se recompone poco a poco, las lágrimas la visitan con demasiada frecuencia. Ella se niega rotundamente a seguir así, más no es dueña de sus sentimientos.
Muchos sueños tirados a la basura, miles de ilusiones destrozadas, un amor intenso en el que ahora ya ni siquiera cree. Antes estaba dispuesta a luchar, ahora a dejarse vencer.
Se dice que a veces hay que tocar fondo para poder subir con más fuerza... Continuamos la amarga bajada.